Claramente cuando se menciona la palabra ‘plenitud sexual’ o cuando se alude a una persona sexualmente feliz, de inmediato se piensa en alguien que es activo, es decir, tiene sexo constantemente, ha probado múltiples prácticas y posturas. No obstante, la plenitud sexual también está en la ausencia de sexo. En efecto, el no tener una pareja sexual o el haber decidido abstenerse de dichos andares no hablan de una persona sexualmente pobre o infeliz. Muchos son los factores que constituyen la plenitud, como la salud, la plena aceptación de la orientación, del propio cuerpo. Más, en ningún momento podemos decir que quienes llevan un tiempo extenso sin tener relaciones sexuales o incluso ni han siquiera comenzado con su vida sexual no se puedan considerar plenos. Obviamente, esto depende de cada caso, porque una cosa es decidir libremente y con plena convicción que el sexo -al menos en esa etapa- no nos ‘hace falta’ y otra muy distinta es la de cerrarle la puerta debido a tabúes, miedo, o por razones culturales e incluso, porque hay algún trastorno como el deseo sexual hipoactivo (absoluta falta de interés, impulso, fantasías y deseo). Hay quienes viven angustiados por ello, es decir, creen que es necesario tener sexo, desearían tener deseo pero no les llega, o su relación de pareja está tan mermada que el sexo no puede ni mencionarse. Pero si tuvieran oportunidad, con hasta un trapo que se les arrimara, saltarían de alegría y directito a la cama. Ahí no podemos hablar de plenitud, no en aquellos para quienes representa un conflicto el no tener con quién o no poder por cualquier razón médica, personal o cultural.
Cuando a través del libre albedrío se elige con toda ‘auto honestidad’ dejar a un lado el sexo, bien podemos sentirnos plenos, porque hay convicción.
Muchos otros sencillamente no le encuentran demasiado significado al sexo, esta conducta puede poseer heridas emocionales pero no hay que generalizar. Los asexuales son personas tan plenas como los que tenemos vida sexual activa. La sexualidad es un grupo inmenso de ingredientes y elementos, no toda la sexualidad se cimienta en el sexo o el contacto erótico. Para los asexuales -los cuales por cierto están cada vez creando mayores grupos de identificación gracia a la madre red- en diversas ocasiones, tampoco dignas de generalizarse pero sí de abordarse, no padecen trastornos ni sufrieron abuso sexual. Sencillamente el sexo les parece un elemento de vida sin propósito. Muchas parejas de asexuales incluso negocian la posibilidad de procrear, es decir tienen sexo para quedar embarazados pero fuera de ahí, el alimento de su relación estará en muchas otras actividades donde puede haber enorme erotismo pero no sexo.
Gran mito aquel que afirma que -sobre todo- los hombres necesitan ‘desfogarse’, ‘necesitan mujer’, o les sucederán terribles sintomatologías o que se volverán iracundos. Hasta ahora no se ha comprobado que el pene sufra de necesidad de amputación por ‘no usarlo’ o que la vagina se enmohezca y haya que extirparla. Ya ven, para algunos es una actividad de la que bien se puede prescindir. Bien dijo Charles Bukowski en Notes for a Dirty Old Man, “el sexo es interesante, pero no es totalmente importante. Es decir no lo es (tan físicamente) como la excreción. Un hombre puede pasar 70 años sin un pedazo de culo, pero puede morir en una semana si no se mueven sus intestinos”.
En fin, habrá quienes elijan el camino de la abstinencia, a algunos nos parecerá incomprensible, sin embargo no podemos tilarlos de faltos de plenitud.
¿Qué opinan?
Creo que es correcto, pero implica varias consideraciones.
Un amigo mío es católico ultra-conservador y para él el sexo siempre ha sido algo evitable. Así lo ha aprendido y así lo ha desarrollado a lo largo de su vida. Si él no tiene relaciones en un año, no pasa nada, incluso se siente mejor. Él puede estar sexualmente pleno sin actividad sexual… el problema es que su esposa no.
Ella es una mujer con deseos sexuales «normales», que le gustaría tener relaciones contínuamente… o por lo menos de vez en cuando… Una vez al mes, ya de perdis. Ella es la que siempre trata de iniciar el encuentro sexual y ella es la que (casi) siempre resulta frustrada y deprimida.
¿Comunicación? Ellos han hablado mucho y por mucho que se aman (tiene dos hijas y una vida que en todos los demás aspectos es satisfactoria para ambos) no pueden entenderse en ese aspecto.
Irónicamente lo que vino a salvar el matrimonio es que ella encontró un amante. Ella no siente ningún tipo de afecto o atracción por esta persona y sólo lo quiere para satisfacer sus necesidades sexuales. Él no se entera… o hace como que no se entera… y está más tranquilo porque su esposa ya no lo «importuna» con sus deseos sexuales.
Pero, ¿es honesta esta relación? Creo que lo sería si fuera abierta y todos estuvieran de acuerdo.
¿Tú qué opinas?
Antes que nada, saludos a Elsy. Desde mi punto de vista, sin animo de ofender a nadie, alguien que no experimente de una vida sexual dentro de todo lo que se vive en la existencia por más mínima que halla sido, yo no podría opinar que ha tenido una vida plena. Si una persona se siente plena sin sexo en su vida, bueno, felicito a tal persona, más la verdad, yo no la llamaría un ser pleno bajo ninguna circunstancia. La verdad solo la conocen aquellos que viven su existencia. No siempre todos son sinceros sobre el tema, e inclusive la especulación de que pudiesen no ser sinceros consigo mismos podría tornarse en una realidad. Suelo expresar que la naturaleza hace sus llamados y las relaciones sexuales sean o no para efectos de procreación está en la naturaleza del ser humano. Que esta puede ser «dominada, controlada, o mejor dirijida» es cuestión de opiniones. No tener sexo no mata a nadie, pero eso no significa del todo que la ignorancia sobre el asunto por no vivirlo les haga más felices. Todos en este mundo tiene derecho a hacer una elección y como tal, a conciencia, aceptar las consecuencias de tales decisiones, positivas y negativas. Sobre alimentar la relación con toras cosas, bueno, no tosdos lo miran con la misma perpspectiva, y tarde o temprano, tal «plenitud» sin sexo trermina por ser igual de fragil que con el.
muy interesante, en ocasioes esa abstinencia llega por circunstancias ajenas al individuo,pero aun asi se puede «vivir». ojala y se hablara mas a fondo de este tema en podcast futuros.
La abstinencia guarda relación transformar energias o canalizarlas hacia otras fuentes, es sano y es importante no tener sexo por tener, aqui juega un papel muy importante el hecho de valor nuestro cuerpo y los sentimientos, enfocando las relaciones sexuales a una experiencia de entrega generosa en la respuesta al amor