Hola! pues que mala onda de los sexonutas q no comentan, pero afortunadamente, gracias a ello, soy el primero :). Grandes consejos! los pondremos en práctica. Les mando un saludo Elsy y Jerry.
Y a veces ni por toda la casa.
Muchas parejas ya conocen cada uno de los rincones. Desde mesa de la cocina, al estilo «El cartero siempre llama dos veces», hasta han pegado sus manos en los azulejos de sus cuartos de baño mil veces.
El sofá, para quien no llegue a la cama, el suelo, para buscar una pasión más profunda, el quicio de las puertas, o incluso la entrada al piso han sido testigos de búsquedas por tener un lugar que despierte aún más la libido.
Sin embargo todo esto está bien, es el significado de que las parejas no desean estancar sus deseos sexuales en la cama. No caer en las rutinas del antes de dormir, o del sábado que no hay que madrugar.
Todos aquellos que consiguen mantener el fuego encendido de unas relaciones sexuales vivas y creativas, merecen un aplauso, frente a los que los años han ido mermando la pasión, las ganas, e incluso el deseo.
Pero es que hasta la casa se queda pequeña, y es así porque no somos animales enjaulados; al fin y al cabo nuestro subconsciente no olvida la naturaleza, el aire, el agua, el viento….los elementos de la creación del mundo que al fin al cabo son los mismos que el fin animal, la reproducción.
En nuestro caso es más el placer, la búsqueda del mismo nos llega a abrir las puertas de cualquier casa, por muy grande que sea, para ponernos bajo la luna a realizar nuestras fantasías más ocultas, pero también las más naturales.
Criticados por un entorno hipócrita, las parejas desean las playas, la sal de la mar en sus cuerpos, la fina arena, o la dura orilla. Y en ellas se entregan en claros de luna.
Desafiantes con el entorno, amantes de los riesgos, buscando que la adrenalina haga que sus corazones latan con más fuerza, se muestran desnudos y deseados en azoteas, ascensores, bosques, parajes paradisiacos, etc.
O en el más normal de los casos, retornan a los lugares comunes de la adolescencia y el despertar de los sentidos. Las filas de atrás de los cines o las acrobacias en los coches.
El hombre y la mujer desean libertad, porque una relación que parece secreta, será en definitiva la misma que en una cárcel de oro.
Si gritan a los cuatro vientos su amor, porqué no hacer lo mismo con su sexo…
Hola! pues que mala onda de los sexonutas q no comentan, pero afortunadamente, gracias a ello, soy el primero :). Grandes consejos! los pondremos en práctica. Les mando un saludo Elsy y Jerry.
Y a veces ni por toda la casa.
Muchas parejas ya conocen cada uno de los rincones. Desde mesa de la cocina, al estilo «El cartero siempre llama dos veces», hasta han pegado sus manos en los azulejos de sus cuartos de baño mil veces.
El sofá, para quien no llegue a la cama, el suelo, para buscar una pasión más profunda, el quicio de las puertas, o incluso la entrada al piso han sido testigos de búsquedas por tener un lugar que despierte aún más la libido.
Sin embargo todo esto está bien, es el significado de que las parejas no desean estancar sus deseos sexuales en la cama. No caer en las rutinas del antes de dormir, o del sábado que no hay que madrugar.
Todos aquellos que consiguen mantener el fuego encendido de unas relaciones sexuales vivas y creativas, merecen un aplauso, frente a los que los años han ido mermando la pasión, las ganas, e incluso el deseo.
Pero es que hasta la casa se queda pequeña, y es así porque no somos animales enjaulados; al fin y al cabo nuestro subconsciente no olvida la naturaleza, el aire, el agua, el viento….los elementos de la creación del mundo que al fin al cabo son los mismos que el fin animal, la reproducción.
En nuestro caso es más el placer, la búsqueda del mismo nos llega a abrir las puertas de cualquier casa, por muy grande que sea, para ponernos bajo la luna a realizar nuestras fantasías más ocultas, pero también las más naturales.
Criticados por un entorno hipócrita, las parejas desean las playas, la sal de la mar en sus cuerpos, la fina arena, o la dura orilla. Y en ellas se entregan en claros de luna.
Desafiantes con el entorno, amantes de los riesgos, buscando que la adrenalina haga que sus corazones latan con más fuerza, se muestran desnudos y deseados en azoteas, ascensores, bosques, parajes paradisiacos, etc.
O en el más normal de los casos, retornan a los lugares comunes de la adolescencia y el despertar de los sentidos. Las filas de atrás de los cines o las acrobacias en los coches.
El hombre y la mujer desean libertad, porque una relación que parece secreta, será en definitiva la misma que en una cárcel de oro.
Si gritan a los cuatro vientos su amor, porqué no hacer lo mismo con su sexo…