Sí, no nos hagamos, a veces a todos nos ha dado flojera o desidia tener sexo. Durante todo el día o incluso durante semanas visualizas un encuentro: “Me voy a poner tal y le voy a hacer la esa posición y lo voy a felar con mentas en la boca y le voy a dar el cunnilingus de Neruda’. Pero en el momento no se aterrizan dichos propósitos. Las múltiples actividades diarias, los destiempos y demás se atraviesan y cuando echas cuentas, llevamo un largo periodo sin tener dicho acercamiento. Quizás, y en gran parte, porque lo has planeado tanto que no encuentras el momento de tumbarse rendidos al deseo en casa o en el motel o sitio a elegir.
Claro, en diversas ocasiones se recomienda planificar un encuentro, prepararse en términos de look y estrategias y armar toda la parafernalia para que casi haya hasta velas, inciensos y un playlist motivante. Sin embargo, plantarse siempre en dicha dinámica también puede afectar, equilibrio adiós. Porque deseamos que sea tan perfecto y prediseñado que por eso puede llegar a ser escueto o muy poco frecuente. En exceso puede llevarnos hasta a asuntos de darnos grima el sexo al natural: si no tienen toda la atmósfera personal (dientes lavados, perfume, depilación, y todo arreglito) y la producción que parece set de Game of Thrones, no se sienten deseables o no logran una excitación ideal.
También hay que darle paso a los actos inesperados, a esos que te agarran en otra actividad, te sorprenden sin previa preparación y bajo esa dinámica te prenden a grados volcánicos y se convierten no sólo en hechos lúdicos sino fascinantes. Porque claro, sobre todo en parejas que viven bajo el mismo techo, en lo que haces tus 500 actividades previas a irte a la cama y de paso te pones lindo, terminas por darte cuenta que te urge dormirte. En otros casos, llevas tanto planeando la ida al motelito o al fin de semana fuera de la ciudad que ya se te olvidó lo divertido que era fajar en el auto o en la biblioteca de la escuela. Tampoco bloqueen la acción con un “Espérame, nada más déjame ir a lavarme los dientes”, o ‘Dame cinco minutos porque creo que traigo chones de Bridget Jones’. ¡No!, así como va, como estén y ¡con todo!
Obvio, hay que poner en práctica nuevas estrategias y toques y penetraciones y posturas y hasta disciplinas, pero de vez en cuando también hay que dejarse llevar y casi siempre esos ‘rapidines’ estarán impregnados de prácticas que ya conocemos de años. No olviden la espontaneidad, seducir de golpe a su pareja cuando menos lo espera y convertir en un momento sexual alguno que no tenía la menor intención ni atmósfera de serlo. Y, lo mejor es estar preparado para esas sorpresas.
¡Entréguense al rapidín!
Gracias por todos tus consejitos, soy tu mas grande fan
No he podido eaivtr ensef1e1rselas a mi hija ,a sus seis af1os el te9rmino «princesa» es el mas usado con diferencia…disfraz de princesa ,cuentos de princesa ,zapatitos de princesa, jugamos a princesas??Se ha pedido la 3,la 4 ,la 5 ,la 7 y la 8!!osea casi todas…va a resultar un poco complicado poder cumplir este deseo de tener una habitacif3n igual que la de Clara(su heroedna de Cascanueces).Ojale1 algfan deda…Un abrazo enorme de mi pequef1a seguidora de este post de hoy y de su mami.
Gracias Elsy! Me encantan todos tus consejos.
Gracias Elsy! Escríbenos sobre el sextexting algo así